domingo, 5 de junio de 2011

MALAS ONDAS

Tras ocho días de deliberaciones, el panel de expertos convocados por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud dio su veredicto: “los teléfonos celulares pueden ser cancerígenos para los seres humanos”.

Por tal razón, consideramos importante incluir en nuestro blog la desgrabación del tercer bloque de nuestro programa N° 244 del 19 de marzo de 2009. Con más de dos años de antelación alertaba a sus oyentes que...

Poco o nada se habla de un tipo muy particular de contaminación que, sin embargo, se multiplica exponencialmente al ritmo de crecimiento de las telecomunicaciones y la expansión de las redes eléctricas. Nos referimos a la contaminación electromagnética.
Esta contaminación tiene su origen en las líneas eléctricas de alta y baja tensión, los equipos electrodomésticos, estaciones de transmisión de televisión y de radio, antenas y estaciones bases de telefonía celular, radares, satélites artificiales y redes inalámbricas de datos.

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud ha impulsado en 1996 un proyecto internacional para estudiar el asunto, los poderes económicos corporativos son tan enormes que los avances resultan insignificantes versus la magnitud del problema.

Sin embargo cada vez son mayores las investigaciones científicas que vinculan la exposición a los campos electromagnéticos con efectos nocivos sobre la salud humana.

Algunas de sus conclusiones son contundentes: la mayoría de los casos de muerte súbita de lactantes se produce en la cercanía de vías electrificadas, emisoras de radio, radar o líneas de alta tensión, la exposición a líneas de alto voltaje aumenta la prevalencia de casos de cáncer y, particularmente, leucemia en niños y tumores cerebrales en adultos.

Sólo dos ejemplos: La Agencia Federal de Protección Ambiental de los Estados Unidos reconocía a finales de los años ochenta la relación entre los campos electromagnéticos de baja frecuencia y la probabilidad de contraer cáncer y en el 2001 el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer recopiló pruebas suficientes como para clasificar a los campos magnéticos de Frecuencia Extremadamente Bajas como "posible agente cancerígeno".

La Comisión Internacional para la Seguridad Electromagnética organizó una conferencia internacional en la ciudad de Benevento, Italia, a fines de febrero de 2006. De resultas de dicha conferencia, los científicos hicieron pública una Resolución en septiembre de ese año que vino a ampliar la de Catania en el 2002 y que fuera refrendada en la reunión de Venecia en diciembre de 2007. Permítanme repasar algunas de las conclusiones de la llamada Resolución de Benevento: “Nuevas evidencias acumuladas indican que hay efectos adversos para la salud como resultado de la exposiciones laboral y pública a los campos eléctricos, magnéticos y electromagnéticos, en los niveles de exposición actuales”.
“Hay evidencias de que las fuentes actuales de financiación sesgan y desvían los análisis y la interpretación de los resultados de las investigaciones hacia el rechazo de la evidencia de riesgos para la salud pública”. “Los argumentos según los cuales los campos electromagnéticos de intensidad débil no pueden afectar sistemas biológicos no representan el conjunto actual de la opinión científica”. “De acuerdo con nuestra revisión científica, los efectos biológicos pueden ocurrir por exposiciones campos electromagnéticos de baja frecuencia y los campos electromagnéticos de radiofrecuencias y microondas. Los estudios demuestran que la exposición a ciertos campos electromagnéticos de baja frecuencia puede aumentar el riesgo del cáncer en niños e inducir otros problemas de salud en niños y adultos. Además, hay una evidencia epidemiológica acumulada que indica un riesgo creciente de tumor cerebral por el uso a largo plazo de teléfonos móviles”. “Los estudios epidemiológicos y de laboratorio que demuestran los riesgos crecientes para los cánceres y otras enfermedades por exposiciones laborales a campos electromagnéticos no pueden ser ignorados”.

En la Resolución de Venecia, la Comisión Internacional para la Seguridad Electromagnética, se refieren a “cambios en la barrera hematoencefálica, efectos sobre el aprendizaje y el comportamiento, cambios en la actividad de enzimas antioxidantes y daños en el ADN” como efectos “no térmicos” de los campos electromagnéticos.

La CISE recomienda enfáticamente limitar al máximo el uso de teléfonos móviles y otros dispositivos similares (como el WiFi) en niños pequeños y adolescentes.
Los poderes e intereses económicos son enormes, la información poca o nula pero la cabeza… te la queman igual y el confort no reconforta…

M.S.


Programa del 19 de marzo de 2009.