En nuestra nota titulada "LA PUNTA DEL ICEBERG" de nuestro programa Nº 232, emitido el 20 de noviembre del 2008, tratábamos la cuestión del veto que el gobierno de Cristina Kirchner realizó de la malograda ley 26.418 que prohibía que en los hielos continentales y en su entorno se realicen actividades que puedan afectar su condición natural o que impliquen su destrucción o interfieran en su avance, como por ejemplo la exploración y explotación minera o petrolífera. En dicha oportunidad les contamos a nuestros oyentes que el decreto 1837/08 por el que se vetó la llamada “Ley de Protección de los Glaciares” tenía tres firmas, la de la presidente, la del ex jefe de gabinete, Sergio Massa, y la de la súper corporación minera Barrick Gold. No fue tan difícil armar el rompecabezas de la primicia que Miguel Bonasso confirmó casi un mes después. A continuación, las piezas más importantes de este “puzzle” o, mejor dicho, las huellas del crimen…
Para empezar, el compromiso de los Kirchner con las corporaciones mineras es de vieja data. Su feudo santacruceño fue pionero en darle hospitalidad a estas invasiones. En 1997, cuando Néstor Kirchner llevaba seis años gobernador, Perez Companc construyó Cerro Vanguardia, una mina de oro y plata que comenzó a operar al año siguiente y que, cinco años más tarde, vendió a la sudafricana Anglogold, compañía que desde 2002 opera el yacimiento extrayendo a razón de 9 toneladas de oro al año (unos 300 millones de dólares) y 100 toneladas de plata, (equivalente a 270 millones de dólares). Mucho dinero, tanto que Cerro Vanguardia recuperó su inversión inicial en menos de un año. Cabe aclarar que las tasas de retorno de las inversiones mineras en La Argentina son escandalosamente altas, la absoluta mayoría de los proyectos instalados a partir del marco legal creado por el menemismo recuperan su inversión en menos de dos años, todo un récord planetario. Sin embargo, Cerro Vanguardia deja en las arcas provinciales menos de 5 millones de pesos en concepto de regalías. Dinero que la Anglogold recupera, por otra ventanilla, en concepto de reembolsos por exportaciones y que le pagamos todos los argentinos. [1]
El de Cerro Vanguardia es sólo una muestra del saqueo al que el poder político nos somete. Y decimos así porque (y aquí viene la segunda clave) cuando se promulgó el acuerdo Federal Minero, a mediados de 1993, varias firmas importantes de gobiernos provinciales lo rubricaron, entre ellas la de Eduardo Duhalde, Ramón Puerta, Jorge Sobisch, Adolfo Rodríguez Saá, Carlos Reutemann y, claro está, la de Néstor Kirchner. [2]
Tercera pista: a poco de asumido, en julio del 2003, Néstor Kirchner viajó a los Estados Unidos y se reunió con importantes empresarios en la sede del “Council of the Americas” a los que le prometió “reglas claras” para sus inversiones. Una de las corporaciones que conforman el staff del “Council of the Americas” es la minera Barrick Gold con cuyos directivos, Kirchner mantuvo, en esa oportunidad reuniones personales. [3] Esta profesión de fe capitalista fue revalidada a mediados de septiembre del 2006 cuando Néstor viaja a New York con su esposa Cristina, ya plantada como candidata a sucederlo en la presidencia, y se reúne con Greck Wilkus, presidente de la Barrick Gold. [4]
Durante ambas presidencias, los Kirchner no hicieron el menor intento de modificar ni tan sólo una coma de las leyes mineras promulgadas durante el menemismo y que dieron el marco jurídico al mayor latrocinio de que tenga memoria la historia argentina, incluyendo el período colonial bajo el dominio de la corona española. [5]
La “Ley de Protección de los Glaciares”, redactada por Marta Maffei, fue aprobada por unanimidad en ambas Cámaras y sancionada el 22 de octubre. Pocos días después, el 10 de noviembre, la Barrick descorchaba su mejor champagne, el más caro: la presidente Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner vetaba completamente la ley y proponía algo insólito: formar un foro interdisciplinario entre legisladores y gobernadores para definir una nueva ley. ¿Para qué si la ley que había sido aprobada era fantástica? Excepto, claro está, para los intereses de las mineras y muy particularmente de la Barrick Gold que por esas horas estaba dándole impulso a su proyecto binacional Pascua-Lama (probablemente el mayor del mundo) donde, para llevarse el dorado metal, tiene que remover glaciares enteros. [6]
Todas las corporaciones mineras tienen lo suyo pero la Barrick rompe todos los récords, empezando por que fuera fundada por Peter Munk con dinero del traficante de armas Adnan Kassoghi y que a su directorio pertenecen lacras de la talla de George Bush (padre) y Andrónico Luksic, halcones americano y trasandino, respectivamente. La Barrick Gold produjo catástrofes ambientales en diversos lugares del planeta pero, además, ha sido responsable de matanzas de mineros como la de Tanzania donde cincuenta de ellos fueron enterrados vivos por los buldozzers de dicha corporación con la complicidad de la policía local. [7]
Suponemos que todos estos datos los tendría muy presentes la presidenta Cristina Kirchner cuando, a mediados de abril de este año, recibió y le puso su mejor sonrisa a Peter Munk quien, a su vez, vino acompañado de su flamante CEO, Aarón Regent. [8] El propio Regent, hoy por hoy, máximo directivo mundial de la Barrick Gold, anunció a principios de mayo junto con Cristina la inversión de 3000 millones de dólares que piensa hacer para poder llevarse el oro y la plata del yacimiento ubicado en la frontera entre Argentina y Chile. Sin duda, por esas horas, se respiraba en la Casa Rosada y en la Casa de Gobierno de San Juan una brisa con aroma a “misión cumplida”.
Conocido el veto de la ley, la diputada nacional de la Coalición Cívica, Fernanda Reyes, elaboró un informe titulado “La Punta del Iceberg” (no reclamamos derechos por el título) que dio lugar a la causa judicial en la que son investigados los hermanos José Luis y César Gioja, por la presunta comisión de los delitos de “cohecho y tráfico de influencias” en su carácter de funcionarios vinculados a la empresa Barrick Gold. De manera que, desde fines del año pasado, la justicia intenta investigar si hubo funcionarios que hicieron lobby a favor de la minera Barrick Gold para lograr que la presidente vete la ley. [9]
El expediente quedó en manos del juez federal Marcelo Martínez De Giorgi y del fiscal Jorge Di Lello que quiere escuchar las declaraciones del senador Daniel Filmus, de la ex diputada nacional Marta Maffei, de Ricardo Villalba, director del Instituto de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales, del ambientalista Javier Rodríguez Pardo y otros actores conocedores de las virtudes de la Barrick y las agachadas de nuestros gobernantes.
Como lo hemos documentado, las denuncias de Bonasso no fueron una sorpresa para quienes hacemos “Prende la Luz” y tampoco para nuestros oyentes. [10] En todo caso, son la cruda confirmación de que hace cinco siglos que seguimos igual.
M.S.
Programa del 6 de Agosto de 2009
El 10 de noviembre se publicaba en el Boletín Oficial el decreto 1837/08 por el cual la Presidente Cristina Fernández de Kirchner vetaba la ley de protección de los glaciares y ambientes lindantes que impulsaba la creación de un inventario nacional de Glaciares.
La ley 26.418, de protección de los glaciares, había sido aprobada por una amplísima mayoría de congresales el 22 de octubre pasado. Los glaciares representan el 75% de la reserva hídrica de La Argentina, sin embargo el lobby minero, principal amenaza de nuestros glaciares, sigue encontrando en la administración kirchnerista a un aliado de oro.
La ley 26.418, recientemente vetada por el gobierno “progresista” de Cristina Kirchner, prohibía que en los hielos y en su entorno se realicen actividades que puedan afectar su condición natural o que impliquen su destrucción o traslado o interfieran en su avance, como por ejemplo la exploración y explotación minera o petrolífera. El decreto 1837/08 tiene tres firmas, la de la presidente, la del jefe de gabinete, Sergio Massa, y la de la Barrick Gold, la súper corporación minera que, hoy por hoy, está produciendo estragos en los glaciares cordilleranos que forman parte del área de explotación de Pascua Lama en la provincia de San Juan, gobernada por quien fuera distinguido como presidente "honorario" del Foro “Argentina Oro 2008”. Nos referimos al gobernador José Luis Gioja, quien fue asesor de Menem e impulsor de las vergonzosas leyes mineras del menemato que hasta hoy no fueron modificadas.
En los considerandos de su decreto, la presidente destaca “que el Gobierno Nacional se encuentra comprometido con la protección del medio ambiente” y declara “al desarrollo sustentable como una política de Estado”. Un chiste de mal gusto o una tomada de pelo, como se prefiera, porque el decreto reconoce que la ley vetada “procura establecer los presupuestos mínimos para la protección de los glaciares y del ambiente periglacial con el objeto de preservarlos como reservas estratégicas de recursos hídricos y proveedores de agua de recarga de cuencas hidrográficas” ¿Entonces por qué vetarla?
La ley vetada prohibía las actividades que puedan afectar la condición natural de los glaciares o que impliquen su destrucción o traslado o interfieran en su avance, en particular la dispersión de sustancias contaminantes, la exploración y explotación minera o petrolífera, y la instalación de industrias o actividades industriales. Sin embargo para el Ejecutivo, dichas prohibiciones podría “afectar el desarrollo económico de las provincias involucradas, implicando la imposibilidad de desarrollar cualquier tipo de actividad u obra en zonas cordilleranas”. Claro Cristina, esa era la idea: que el agua es más importante que el oro.
Al gobierno, así lo hace saber en su decreto, le molesta que la ley pretendiera “someter a las actividades en ejecución a una nueva auditoria ambiental a resultas de la cual, podría disponerse el traslado o cese de la actividad”. ¿Por qué no? ¿De qué lado estamos Cristina? ¿De los que saquean anualmente a razón de 3000 millones de dólares?
El veto se venía cocinando desde la presentación misma del proyecto de ley que lleva la autoría de la ex diputada Marta Maffei. Hay mucho dinero de por medio como para estar jugando a la democracia. Sólo en San Juan, la cuna del Secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, hay más de 180 proyectos mineros de los cuales el 90% está ubicado en zonas de glaciares. Pascua Lama es la nave insignia y el paradigma de la destrucción.
No todos están distraídos con el caño de Marcelo T. o con los filósofos del fútbol. La Unión de Asambleas Ciudadanas se autoconvocó el pasado martes en la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Medio Ambiente del Congreso Nacional para exigir que se insista en su sanción y se rechace el veto presidencial de forma de sancionar definitivamente la ley. El Presidente de la Comisión, Miguel Bonasso, prometió que propondrá someterla a votación sobre tablas en la próxima sesión de la Cámara de Diputados y aseguró contar con el apoyo de los bloques del SI, la Coalición Cívica, el Socialismo, la UCR y algunos diputados del Frente para la Victoria para someter el tema a votación "por el sí o por el no". No será sencillo, ya que deberán reunir dos tercios de los votos para ratificar la ley 26.418 y hay Banelco a destajo. (*)
El líder de la Fundación para la Defensa del Ambiente, Raúl Montenegro atacó duramente el rechazo presidencial: “Cristina se va a tener que hacer cargo de su corresponsabilidad en la destrucción de los glaciares nacionales. Con este veto (las mineras) tienen vía libre para seguir explotando a mansalva el suelo argentino”.
La otrora Diputada por Santa Cruz, cuando daba pelea por los llamados “hielos continentales”, disertaba respeto de la importancia de nuestros glaciares como reserva de agua potable. Eran otros tiempos, con la edad la memoria flaquea y la entendemos. Es que por un dólar, a cualquiera se le derriten las convicciones…
(*) N. del E.: Curiosamente, durante la sesión que intentó ratificar la sanción de la ley 26.418, la mayoría de la bancada oficialista del “Frente para la Victoria” dio vuelta su voto e impidió anular el veto presidencial. Ver la nota “Los diputados que ‘derritieron’ la ley que protegía a los glaciares en http://www.criticadigital.com.ar/index.php?secc=nota&nid=15377&pagina=3 Como lo habíamos anticipado, la Banelco Gold pudo más que el derecho a un “ambiente sano”, tal como lo consagra la Contitución de la República Argentina.