lunes, 14 de abril de 2008

MOCASE: “QUIENES TRABAJA LA TIERRA NO ESTAN NI EN C.R.A., NI EN LA S.R.A., NI EN LA F.A.A. NI EN ConInAgro”

Tantas veces la prensa oficial habla de trabajadores del campo cuando, en realidad, se trata de meros gerentes de importantes emprendimientos agroindustriales que nunca se ensucian las manos trabajando la tierra. “Prende la Luz” quiso hablar con los verdaderos trabajadores de la tierra y fue por la gente del MOCASE. A su vocero, Ángel Strappazzón, lo encontramos, teléfono celular mediante, en el camino entre Deán Funes y San José La Dormida, la zona de los sojeros de Jesús María. Y este fue su testimonio con relación al paro agropecuario y el modelo agrario que La Argentina adoptó a mediados de los noventa.

Prende la Luz: Parte de la gran mentira es poner a la opinión pública en la obligación de tomar partido por este “Boca-River” del llamado conflicto agrario. ¿Cuál es la visión diferenciada que tiene el MOCASE sobre esta cuestión?
Ángel Strappazzón: Está bueno lo que plantean ustedes como pregunta y como cuestionamiento. Creo que hay una suerte, por debajo, de subestimación a nuestro Pueblo, a nuestra ciudadanía en su conjunto aunque, por supuesta, nadie “come vidrio” y muchos saben perfectamente que no se ha mostrado todo el “campo” argentino. El campo es un concepto que, de por sí, tiene una tendencia, el mundo rural ya es otra cosa, tiene otras dimensiones.
Me encanta lo que ha hecho la Facultad de Ciencias Sociales de denunciar el abuso ético que han cometido algunos canales de televisión [1]. Canal 13 y América han sido increíblemente tendenciosos hasta el punto de llegar a llamar “trabajadores rurales” a gente que gerencia un campo desde una pequeña oficina o desde su casa-estancia o desde un edificio, dependiendo de los niveles de las cuatro entidades (CRA, SRA, FAA y CONINAGRO). Hoy por hoy, son respetables algunos pequeños productores de la Federación Agraria Argentina en cuanto que sí trabajan directamente la tierra y algunas cosas las gerencian, pero hay pequeñas o medianas empresas donde contratan personas y, aún siendo de la FAA, los tienen bastante mal pagos porque la gente pero paga son los peones.
Nosotros, como Movimiento Campesino, somos productores que el 50% lo producimos para nuestras familias y el otro 50% es excedente de carne, algodón, frutas, hierbas medicinales, productos agro industrializados de manera artesanal como dulces y mieles que son comercializados. Nosotros tenemos certificación orgánica para nuestras mieles que requieren un proceso agro ecológico particular.
El tema tiene muchas aristas: una es la de tapar la realidad más compleja que tiene el campo argentino porque, siguiendo con el concepto que han usado los periodistas, la inmensa mayoría de productores directos de la tierra y que no tienen empleados, que trabaja su familia casi en pleno no pertenecen a estas cuatro entidades. En estas entidades están las grandes maquinarias, los agroquímicos, los herbicidas, la explotación intensiva de la tierra y la búsqueda de maximizar la ganancia. Esto no significa que todos los de CRA, todos los de FAA estén produciendo soja pero lo están haciendo en un alto porcentaje.
A veces un miembro de nuestras familias salía a trabajar afuera con los productores de estas entidades para poder mejorar nuestro predio pero hoy con la soja… nuestros hijos no quieren ir a trabajar la soja porque todo lo que es la formación, la concientización (que se pierde) y todo lo que vemos que está causando en los pueblos el glifosato, que hoy día se vende como RoundUp por la Monsanto que tiene su planta en Zárate donde produce 125 millones de litros al año. Entonces, digamos, el campo argentino, románticamente mencionado, donde está el aire puro no existe. O, mejor dicho, existe pero no dentro de estas cuatro entidades.

PLL: Permitinos aclarar que cuando vos mencionabas el glifosato, el RoundUp, estamos hablando del herbicida que se utiliza como parte del mecanismo de siembra directa de la soja. Es decir, la soja se siembra “entre los yuyos” y luego se fumiga con este herbicida que “quema todo” menos la soja…
AS: Quema todo… y entiendo lo que estás queriendo insinuar porque todos los procesos de millones de años que realiza la naturaleza el glifosato los está frenando. O la pregunta es ¿los está frenando? ¿Qué pasa con esas plantas que no crecen en 23 millones de hectáreas de La Argentina (superficie equivalente a toda la utilizada en Francia para el agro o la totalidad de la superficie de Italia)? Están siendo anulados los procesos de evolución vegetal en estos territorios de La Argentina y no sabemos lo que puede llegar a significar. Este es un aspecto entre muchos otros a analizar. El otro aspecto es el de la rentabilidad y que no nos vengan con eso de “si es pecado ser rico”, lo que estamos hablando es de lo antiético e irresponsable de la forma…

PLL: … a costa de qué…
AS: Epa!, epa! ¿A costa de que dentro de diez años esas 23 millones de hectáreas no puedan ser utilizadas y se produzcan procesos de desertificación donde finalmente queden anuladas? Y que además no sabemos qué procesos biológicos pueden “explotar” a raíz de eso. Les cuento una que nadie me lo va a poder desmentir: en los bosques del Gran Chaco Americano nace una langosta que se llama la “quebrachera” la cual, a raíz de haber destruido más de un millón y medio de hectáreas de bosques, se ha multiplicado cien veces en los últimos tres años y ha ido a atacar, ya no al quebracho y al algarrobo con el cual se sustentaba y vivía sino, a la soja. Con lo cual van a querer inventar un veneno para matar a la quebrachera que, en realidad, tiene como función biológica, entre otras cosas, matar gran parte de los bichos que nacen en los bosques. Imagínense, entonces, el desequilibrio que van a producir…
La discusión de fondo es económico política porque nunca nadie dijo que este proyecto no es argentino sino norteamericano. La Monsanto es parte de un proyecto norteamericano que te endulza al principio… ¿y después qué?

PLL: Lo que estamos viviendo ahora…
AS: Exacto. Lo que estamos viviendo es el primer alerta del “callejón sin salida” al que nos lleva la soja: la disputa del dinero. Luego va a venir el otro “callejón sin salida” que va a ser el problema de los rendimientos que van a ir cayendo de los distintos cultivos de todas esas hectáreas, y luego viene el tercer problema, que ya empezó a aparecer y por el cual nosotros hemos presentado amparos, que es el de la salud.
Nosotros hemos presentado amparos a través de (Eugenio Raúl) Zaffaroni, un amparo colectivo para más de cincuenta mil familias campesinas y más de mil cien parajes rurales de Santiago del Estero. Los salteños quieren sumarse pero, en principio, ya lo terminamos para que investiguen al glifosato y los procesos de deficiencia respiratoria que están teniendo cientos y cientos de niños en el bosque santiagueño. Un amparo colectivo y una indemnización multimillonaria, y no es porque queramos la “guita” sino porque si nosotros ganamos utilizaremos ese dinero para recuperar bosques, a hacer una fundación. Y queremos ganar ese juicio porque no es justo que nos estén asesinando silenciosamente

PLL: Les deseamos la mayor de las suertes en esta causa y, ojalá, que los propios familiares de quienes cortaban las rutas, con esa misma valentía, lleven sus testimonios a los estrados para mostrar como, entre ellos, hay decenas de miles de enfermos porque sería mucho más que una mega causa…
AS: Por supuesto. Es que eso va a venir, es el próximo atolladero, el de la salud gravemente dañada de los que están haciendo la soja transgénica.

En uno de los últimos segmentos de la entrevista, a Ángel Strappazzón se lo escuchaba indignado preguntando ¿dónde estaban las “mujeres en lucha” que fueron “echadas a patadas” de las sedes de la FAA y la SRA en 1998 cuando decían “nos están quitando las tierras” y se las quitaron? ¿Qué vienen a azuzar ahora que van a desaparecer los pequeños productores quienes fueron cómplices de las grandes multinacionales y de los gobiernos de este modelo de agronegocios cuando ya han desaparecido trescientos mil familias en el campo? Strappazzón también se irritaba por el tratamiento que los medios habían dado del llamado “conflicto agrario” comparándolos con el cefalófago de la película el “Silencio de los Inocentes” (“The Silence of the Lambs”) protagonizado por Anthony Hopkins que se comía el cerebro de sus víctimas. Alguno de sus dardos los apuntó a la América TV del colombiano Francisco de Narváez y, en particular, al cejijunto Santo Biasatti de Canal 13 de quien dijo “creí que era otra cosa”. Para ser honestos, y se lo hicimos saber al aire al vocero del MOCASE, a nosotros Biasatti no nos sorprendió…

Programa del 3 de abril de 2008.

[1] Pueden consultar la “Resolución del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, ante la actuación de lo medios durante el lock out patronal del campo” en http://www.fsoc.uba.ar/archivos/institucional/medios.doc o
http://conadu.org.ar/wordpress/?p=117

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