martes, 25 de marzo de 2008

CRISIS AGROPECUARIA: ESTERTORES DE UN SISTEMA INVIABLE

El martes de la semana pasada el ministro de Economía, Martín Lousteau, anunció un aumento a las retenciones a la soja, girasol, maíz y trigo, con el objeto de mejorar la recaudación y frenar la inflación. Lo acompañaban el secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, y el secretario de Política Económica, Gastón Rossi. En el caso de la soja, la suba lleva la retención al 44,1, un 9% más. Las retenciones a la exportación de maíz llega al 24,2%, las del trigo al 27,1% y las del girasol un 39,1%. El gobierno aspira, de esta manera, a potenciar la producción de maíz y trigo y desalentar la de la soja. Asimismo se estima que unos 3900 millones de pesos extras ingresarán a las arcas del Estado (un 0,4% del PBI). Al momento del anuncio, se suponía que medidas similares aplicadas a la leche, la carne y la harina se darían a conocer en breve. La reacción de los productores agropecuarios postergó la segunda tanda de anuncios...

Acto seguido del anuncio del gobierno referido al aumento de retenciones a las exportaciones, la Federación Agraria Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas y Coninagro anunciaron la suspensión de la comercialización de granos y hacienda por, en principio, una semana.
Confederaciones Rurales Argentinas denunció que la medida "tiene un carácter pura y exclusivamente recaudatorio y no solucionan en absoluto la problemática que existe en las producciones de trigo, maíz, carne ni leche". En tanto que la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) expresó que los trabajadores del campo sufren "intervenciones, cierre de exportaciones, incertidumbre en los mercados de futuro, imposición de medidas demagógicas con las que se pretende mayor recaudación y se esconden argumentos inflacionarios". Martín Lousteau consideró que la protesta es "una exageración" y justificó su medida diciendo que "tenemos que proveer alimentos para el mundo y para eso tenemos que agregarle valor a nuestros productos".

Otros alfiles del kirchnerismo aportaron su folklore al entremés: "No vamos a revisar las retenciones. No es un tema que estemos discutiendo, para nada. No nos gusta que nos extorsionen con medidas de fuerza", dijo el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández. El otrora piquetero Luís D´Elía anunció un "escrache" a la sede de la Sociedad Rural Argentina para dentro de una semana y el secretario general de la GCT, dirigente camionero y candidato a vicepresidente del PJ, Hugo Moyano, calificó de desestabilizadora y "golpista" la actitud de los productores rurales.

Sin embargo, ¿quién dice la verdad dentro de esta comedia trágica? Ninguno, cada uno juega con su bolsillo y esconde la parte de la realidad que menos le conviene.

¿Por qué las existencias de ganado son apenas un 8% superior a las del promedio de la década de los noventa? Este aumento promedio del 1% anual no alcanza a cubrir el crecimiento vegetativo de la población.
¿Por qué falta leche? En el último año se redujeron la cantidad de tambos en un 4%.
¿Por qué se reducen el número de las explotaciones mientras aumenta el tamaño promedio de las explotaciones agropecuarias? Que es de aproximadamente unas 538 hectáreas y refleja claramente la desaparición de las explotaciones más pequeñas.
¿Por qué sigue aumentando el costo de los insumos? El 60 % de la renta se lo quedan los proveedores de semillas, tractores, agroquímicos y fertilizantes. Sólo a modo de ejemplo, los fertilizantes han triplicado su valor en el último año. Que la producción de urea en La Argentina corresponda a dos petroleras, Profertil (controlada por REPSOL) y Petrobrás, no es una casualidad, las materias primas para la producción de fertilizantes son aire y gas natural. Hoy el modelo de transgénicos conlleva el despropósito de tener que fertilizar oleaginosas cuando naturalmente esto no es necesario porque son nitrificadoras del terreno (la lluvia de herbicidas hace imposible este proceso natural). Y para ello gastamos un recurso no renovable…
¿Por qué las verduras son cada vez más caras, de menos variedad y peor calidad? Sólo en el 2007 el tomate, la papa, el zapallito y demás aumentaron en promedio cuatro veces su valor. Cualquiera puede verificarlo, las frutas de hoy son sólo una “maqueta” de las de hace dos décadas.

Los cortes se multiplicaron: sobre la ruta 9 en distintos tramos al norte y sur, como así también sobre la ruta 34, en el cruce con Las Cejas y Pozo Hondo; sobre la 38, y en la ruta 157 sólo se abre el paso a las ambulancias y transportes escolares. Los productores santiagueños con sus pares chaqueños, tucumanos y santafesinos cortaron las rutas 34, 89, 116, 38 y 9, para expresar su disconformidad. Muchos cortes y pocas respuestas a preguntas tan elementales. Y si es necesario que el autor de estas líneas lo aclare, nadie está defendiendo la forma en la que el gobierno hace su “caja”, máxime cuando el partido gobernante fue el responsable de implantar este aberrante modelo agropecuario. Como con la política minera y de hidrocarburos, la administración kirchnerista no hace otra cosa que darle continuidad al modelo menemista.

A los argentinos las catástrofes les estallan en las narices. La llamada “crisis agropecuaria” no es otra cosa que los primeros estertores de un sistema absolutamente inviable. La avanzada transgénica, bien llamado “el desierto verde”, ha barrido con tambos, huertas y frutales porque nada les ha resultado más redituable a los productores que quemar sus terrenos en pos del sacrosanto poroto. Pero, además, las topadoras sojeras han barrido ecosistemas enteros modificando los climas y regímenes de lluvias de vastos sectores lo que ha afectado severamente a los productores de alimentos sanos. Me pregunto ¿por qué ni de un lado ni del otro se analizan las consecuencias ambientales y sanitarias del actual modelo de agronegocios? ¿por qué los propios productores no denuncian los miles de enfermos que hay entre sus propios familiares producto de esta catarata de agroquímicos que derraman sobre sus cultivos? Estamos hablando de decenas de miles de enfermos, muchos de ellos de cáncer y linfomas. ¿Es que acaso los sojadólares también permiten comprar estos silencios cómplices? [1]

A los productores agropecuarios no los une el amor sino el espanto y sus dirigentes se están viendo “desbordados por las bases” que seducidas por los sojadólares se (y nos) embarcaron en un sinsentido como es el del monocultivo de transgénicos para proveer de piensos a un mundo donde se "crían" todo tipo especies en confinamiento para producir carne en el altar del sufrimiento animal, el despropósito ambiental y la insania alimentaria. Reflexionar sobre estas cuestiones y recuperar La Argentina de los buenos alimentos y de los saberes campesinos realmente amigables con la tierra es la alternativa de la hora.

Las respuestas a las preguntas que formulábamos más arriba las pueden encontrar en distintas notas de “Prendé la Luz” pero lo decimos una vez más en esta oportunidad: La Argentina se ha convertido, desde principios de los ‘90 en el mayor experimento transgénico de Latinoamérica y ha servido de “cabecera de playa” para que las corporaciones de los agronegocios (particularmente la Monsanto) introduzca en forma clandestina sus inventos en Brasil, Paraguay y Bolivia (las Repúblicas Unidas de la Soja como ellos mismos la llaman), países que luego atendiendo las presiones externas legalizaron su cultivo. El monocultivo constituye una catástrofe ambiental, social y, pronto lo veremos, también económica.

M.S.
Programa del 20 de marzo de 2008.

[1] Recomendamos la lectura, en este mismo blog, de la nota titulada "MIENTE, MIENTE, QUE SIEMPRE ALGO QUEDARÁ" (http://pllradio.blogspot.com/2007/09/miente-miente-que-siempre-algo-quedar.html)

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