domingo, 9 de septiembre de 2007

MIENTE, MIENTE, QUE SIEMPRE ALGO QUEDARÁ

Monsanto ha hecho un culto de la máxima acuñada por Goebbels, el ministro de Instrucción Pública y Propaganda de Hitler. La corporación transnacional Monsanto fue condenada el pasado 26 de enero por un tribunal francés de la ciudad de Lyon, a pagar varias multas después de declararla culpable del delito de "publicidad mentirosa". En las etiquetas y piezas publicitarias de su producto Roundup Ready, Monsanto anunciaba que el herbicida "es totalmente biodegradable" y que su uso deja "el suelo limpio".

La ONG francesa Eaux et Rivières de Bretagne acusó a Monsanto Agriculture France, y a Scotts France, distribuidora en Francia del Roundup, de mentir en su publicidad. Y aportó pruebas. Según Monsanto, el Roundup es "100 por ciento biodegradable, limpio, respeta el medioambiente, eficacia y seguridad para el medioambiente, utilizado según las indicaciones del fabricante no presenta riesgos particulares para el ser humano o los animales domésticos".
Miente, miente… Ya en 2001 la Comisión Europea clasificó al glifosato como "tóxico para los organismos acuáticos" y capaz de "provocar efectos nefastos para el ambiente a largo plazo", y que han encontrado glifosato en el 55 por ciento de las aguas superficiales francesas.

El tribunal de Lyon señaló que Monsanto y Scotts France conocían las características ecotóxicas del producto, pero que a pesar de ello difundieron mensajes publicitarios engañosos "conteniendo argumentos ecológicos erróneos con el objetivo de hacer creer falsamente en la existencia de una inocuidad total e inmediata para el ambiente de sus productos".

Lo cierto es que los herbicidas en base a glifosato pueden ser altamente tóxicos para animales y humanos. Estudios de toxicidad revelaron efectos adversos en todas las categorías estandarizadas de pruebas toxicológicas de laboratorio en la mayoría de las dosis ensayadas. Es decir, hablamos de lesiones en glándulas, inflamación gástrica, daños genéticos, trastornos reproductivos y carcinogénesis como algunas de las bondades del herbicida de Monsanto.

Además de meternos soja hasta por las orejas, 17 millones de argentinos empobrecidos y hambrientos también recibirán su dosis masiva de glifosato. La patria sojera y las corporaciones de los agronegocios se hacen de enormes ganancias a costa de la salud de millones de personas que ni siquiera están informadas de la existencia de este tipo de productos. Y no esperen que los grandes medios les digan la verdad porque ellos reciben publicidad de estas corporaciones e incluso, como el Grupo Clarín, son parte de ellas.

Los estudios toxicológicos sobre el glifosato requeridos oficialmente para su registro y aprobación han sido asociados en los EE.UU. con prácticas fraudulentas. Los casos abundan. Un estudio reciente, publicado en el Journal of American Cancer Society por eminentes oncólogos suecos, reveló una clara relación entre glifosato y linfoma no Hodgkin (LNH), una forma de cáncer. Según la American Cancer Society, el incremento de este tipo de cánceres alcanzó, desde 1970, la alarmante cifra de un 80%.

El RoundUp contiene otros ingredientes que no son "inertes". Por ejemplo, para ayudar al glifosato a penetrar los tejidos de la planta, la mayoría de las fórmulas comerciales incluye sustancias químicas surfactantes. Estos aditivos se consideran "secreto comercial" y la información sobre la composición de las fórmulas herbicidas no está al alcance del público. Un derivado de ellos, la acrilamida es un potente tóxico neuronal en humanos, afecta la función reproductiva masculina, causa malformaciones congénitas y cáncer.

Para peor, como lo anticipamos hace años, los yuyos van creando resistencia al glifosato, por lo cual se usan dosis cada vez más altas y otros herbicidas como el paraquat que son venenos terribles. Quizá la deforestación que produce la patria sojera nos resulte lejana pero sus venenos los tenemos entre nosotros las veinticuatro horas del día…

M.S.
Programa del 22 de febrero de 2007

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