La Corte Suprema de Justicia inició ayer la tercera audiencia pública con el objetivo de conocer las acciones que llevan adelante los gobiernos nacional, porteño y bonaerense en el marco de una causa que tramita por el saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo. La secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Romina Picolotti, defendió el programa de saneamiento presentado por el Estado Nacional afirmando que dispone de 260 personas controlando "la calidad del aire y las condiciones de vertido de efluentes líquidos", para "atenuar el impacto negativo" de las empresas. Tras varias horas de debate, el tribunal decidió pasar a un cuarto intermedio.
La buena de Romina no la pasó del todo bien: el Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, organizaciones ambientalistas y vecinos de La Boca la criticaron duramente y aseguraron que la situación sanitaria del Riachuelo se ha agravado en el último año.
A la pobre de Romina tampoco le fue bien con el peritaje realizado por expertos de la Universidad de Buenos Aires: las cuatro comisiones formadas por especialistas de la UBA fueron contundentes e impiadosos con el plan de la Picolotti para solucionar la endemia del Riachuelo. Vamos a señalar algunas de las principales conclusiones de los expertos de la UBA.
La Comisión de Salud señaló que "no se puede inferir del material analizado la existencia de un plan sanitario para la asistencia mediata o inmediata de la población" y que no hay datos sobre enfermedades prevalentes, ni de cantidad de población afectada, ni de atención de casos e indicadores de riesgo de exposición. Tampoco se indican las causas de mortalidad, de malformaciones congénitas, ni de enfermedades vinculadas a tóxicos.
Menos mal, porque los problemas de salud fueron una de las cuestiones denunciadas con mayor énfasis por los vecinos del Riachuelo. Más aún, los especialistas de la Comisión de Salud destacan que las acciones sanitarias del plan carecen de sustento científico y que resultan "parciales, insuficientes y, en algunas oportunidades, inadecuadas". Romina: cero en salud.
Por su parte, la comisión de Control Ambiental, integrada por especialistas de las de Ciencias Exactas, de Farmacia y Bioquímica, de Ciencias Veterinarias y de Agronomía afirmó que el plan tiene ciertos objetivos "muy vagos", que contiene información incompleta y totalmente desactualizada de las características fisicoquímicas y biológicas del curso, y que incluye acciones "cuestionables" y otras directamente "no aplicables".
Una nota de color: la Comisión de Control Ambiental le hizo un favor a la abogada Picolotti corrigiéndole algunos errores conceptuales, como por ejemplo clasificar como metales contaminantes al cianuro y los fenoles. Romina: cero en química.
La Comisión Económico Institucional del grupo de auditores de la UBA le marcó a la Picolotti algunas contradicciones entre los datos ofrecidos en el plan para lograr identificar a las industrias responsables de volcar sobre el Riachuelo sus líquidos contaminantes.
Los especialistas del área económica pasaron su marcador rojo por encima (o debajo) de varios números y cuentas mal hechas. Por ejemplo, el plan presenta un desarrollo de inversión en cloacas para 2006-2015 por un total de 5607 millones de pesos, pero si se suman los valores individuales de cada año la suma da por resultado 5985 millones. A Romina se le escaparon nada más que 378 milloncitos de pesos.
Por último la Comisión de Gestión Urbana, Infraestructura y Saneamiento, de la Facultad de Arquitectura, Diseño, Urbanismo y de Ingeniería criticó el hecho de que se trabajó sobre la base del censo del año 1991. Menos mal que no lo hizo cuando llegó Juan de Garay.
En pocas palabras, el plan de Picolotti es un canto a la improvisación: posee información imprecisa y desactualizada; propone acciones sin fundamento científico o, en el mejor de los casos, son meras expresión de deseo. Porque en el peor de los casos podría ser peor el remedio que la enfermedad.
La verdad que cuando el Dr. Raúl Montenegro, Biólogo, Presidente de FUNAM, Premio Nobel Alternativo 2004, Profesor Titular de Biología Evolutiva de la Universidad Nacional de Córdoba Argentina calificó por los micrófonos de PLL a nuestra Secretaria de Medio Ambiente como una “ignorante”, cuánta razón tenía, es más, nos parece que se quedó corto…
La buena de Romina no la pasó del todo bien: el Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, organizaciones ambientalistas y vecinos de La Boca la criticaron duramente y aseguraron que la situación sanitaria del Riachuelo se ha agravado en el último año.
A la pobre de Romina tampoco le fue bien con el peritaje realizado por expertos de la Universidad de Buenos Aires: las cuatro comisiones formadas por especialistas de la UBA fueron contundentes e impiadosos con el plan de la Picolotti para solucionar la endemia del Riachuelo. Vamos a señalar algunas de las principales conclusiones de los expertos de la UBA.
La Comisión de Salud señaló que "no se puede inferir del material analizado la existencia de un plan sanitario para la asistencia mediata o inmediata de la población" y que no hay datos sobre enfermedades prevalentes, ni de cantidad de población afectada, ni de atención de casos e indicadores de riesgo de exposición. Tampoco se indican las causas de mortalidad, de malformaciones congénitas, ni de enfermedades vinculadas a tóxicos.
Menos mal, porque los problemas de salud fueron una de las cuestiones denunciadas con mayor énfasis por los vecinos del Riachuelo. Más aún, los especialistas de la Comisión de Salud destacan que las acciones sanitarias del plan carecen de sustento científico y que resultan "parciales, insuficientes y, en algunas oportunidades, inadecuadas". Romina: cero en salud.
Por su parte, la comisión de Control Ambiental, integrada por especialistas de las de Ciencias Exactas, de Farmacia y Bioquímica, de Ciencias Veterinarias y de Agronomía afirmó que el plan tiene ciertos objetivos "muy vagos", que contiene información incompleta y totalmente desactualizada de las características fisicoquímicas y biológicas del curso, y que incluye acciones "cuestionables" y otras directamente "no aplicables".
Una nota de color: la Comisión de Control Ambiental le hizo un favor a la abogada Picolotti corrigiéndole algunos errores conceptuales, como por ejemplo clasificar como metales contaminantes al cianuro y los fenoles. Romina: cero en química.
La Comisión Económico Institucional del grupo de auditores de la UBA le marcó a la Picolotti algunas contradicciones entre los datos ofrecidos en el plan para lograr identificar a las industrias responsables de volcar sobre el Riachuelo sus líquidos contaminantes.
Los especialistas del área económica pasaron su marcador rojo por encima (o debajo) de varios números y cuentas mal hechas. Por ejemplo, el plan presenta un desarrollo de inversión en cloacas para 2006-2015 por un total de 5607 millones de pesos, pero si se suman los valores individuales de cada año la suma da por resultado 5985 millones. A Romina se le escaparon nada más que 378 milloncitos de pesos.
Por último la Comisión de Gestión Urbana, Infraestructura y Saneamiento, de la Facultad de Arquitectura, Diseño, Urbanismo y de Ingeniería criticó el hecho de que se trabajó sobre la base del censo del año 1991. Menos mal que no lo hizo cuando llegó Juan de Garay.
En pocas palabras, el plan de Picolotti es un canto a la improvisación: posee información imprecisa y desactualizada; propone acciones sin fundamento científico o, en el mejor de los casos, son meras expresión de deseo. Porque en el peor de los casos podría ser peor el remedio que la enfermedad.
La verdad que cuando el Dr. Raúl Montenegro, Biólogo, Presidente de FUNAM, Premio Nobel Alternativo 2004, Profesor Titular de Biología Evolutiva de la Universidad Nacional de Córdoba Argentina calificó por los micrófonos de PLL a nuestra Secretaria de Medio Ambiente como una “ignorante”, cuánta razón tenía, es más, nos parece que se quedó corto…
M.S.
Programa del 5 de julio de 2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario