viernes, 7 de septiembre de 2007

LOBO SUELTO, VACA ATADA

Hoy comenzó en Palermo la tradicional exposición de la Sociedad Rural Argentina. En ella 615 expositores que participan de la muestra gastaron unos 30 millones de pesos para que todos vean sus animalitos y sus maquinarias de última generación hasta el 7 de agosto. El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens, remarcó que “será una fabulosa muestra de la tecnología que utiliza el sector para crecer y reinventarse, tanto en genética animal como en maquinaria” y aseguró que “hoy en día hay tanta tecnología desarrollada en la molécula de una vaca como en el motor de una sembradora”.

En realidad, lo más importante de la realidad agropecuaria argentina estará prolijamente invisibilizado a quienes recorran los 120.000 m2 del predio que Menem le regalara a la Sociedad Rural Argentina. Quienes se enternezcan con los animalitos expuestos no podràn imaginar el enorme sufrimiento al que son sometidos gracias a los nuevos procedimientos de la llamada ganaderìa industrial que no es otra cosa que la contracara del modelo agrìcola de transgènicos.

Las explotaciones mixtas agrícologanaderas han sido gradualmente desplazadas y arrinconada en “feed lots” (confinamiento para engorde) en tierras marginales y bajas. Se estima que a nivel nacional más de 1,5 millones de cabezas se encierran en alrededor de 500 “feed lots” de dimensiones muy variadas. El avance de la frontera agropecuaria no sólo ha empobrecido a mucha gente que fue expulsada del campo, sino que también nos ha empobrecido a nosotros en cuanto a la calidad de los alimentos que ingerimos.

La producción de carne a cielo abierto es (mejor dicho, ha sido) fundamental para la recuperación natural de la fertilidad de los suelos a través de los abonos animales y la restauración de las praderas. Hoy los procesos de desertificación avanzan y los suelos se empobrecen gracias al llamado barbecho químico, la siembra directa y el monocultivo de soja. Claro, hoy los señores empresarios pueden manejar su campo con el celular desde la playa o el country.

Los monocultivos, particularmente los de soja transgénica, no solo han pulverizado a otros cultivos, sino que también, ha corrido a la ganadería y concentró en los feed lot o corrales de engorde, donde se ceba a los animales con granos, y con el añadido de hormonas y antibióticos. La carne pastoril va siendo sólo un recuerdo y cada vez más los señores de la Sociedad Rural nos dan de comer mierda, perdón, carne de feed lot. Un espanto sanitario.

Es lamentable pero la gente no sabe que cuando come carne ingiere enormes cantidades de hormonas, anabólicos y antibióticos. No por nada la Unión Europea exige para la cuota Hilton, que es la carne que exportamos, deber ser de animales criados a campo y con pasto. Ellos sí saben de qué se trata. Los feed lot son verdaderos campos de concentración de animales, donde el vacuno vive hacinado y es sometido a una forma cruel de engorde. Esa es la carne que hoy consumimos.
En los feed lots, los animales son tratados como unidades de producción y no como seres vivos. El objetivo de la cría intensiva es producir la mayor cantidad de peso en el menor tiempo posible y a como de lugar. La tortura de los criaderos de otros tipos de animales se repite en los feed lot donde las vacas apenas pueden moverse y viven pisando sus propias excrecencias.

Las instalaciones de feed lot almacenan grandes cantidades de desperdicios que provocan malos olores y la contaminación del suelo y el agua. Este estilo de cría de animales industrializado, provoca en los animales vacunos alto índices de stress que se trasladan a la calidad de carne que consumimos. Enfermedades respiratorias, muerte súbita, enterotoxemia (incapacidad de adaptación a la dieta de los feed lots), enfisema pulmonar agudo y abscesos hepáticos son sólo algunas de las afecciones prevalentes que sufren los animales torturados en estas cárceles de engorde. El amoníaco y otros gases del estiércol les producen neumonía.

Progesterona, andrógenos y estradiol son alguna de las hormonas que junto con los anabólicos son suministradas a los animales para que los animales suban vertiginosamente de peso. El gobierno lejos de desalentar este maltrato, lo subvenciona con 50 millones de dólares. Parece un chiste de mal gusto, pero no lo es...
M.S.

Programa del 26 de julio de 2007.


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