domingo, 9 de septiembre de 2007

¿QUIÉN TRAICIONA A QUIÉN?

Un informe del Banco Mundial del año pasado afirma que “dentro del mundo en vías de desarrollo, Argentina se encuentra ente los siete países cuya vulnerabilidad a las inundaciones comprende más del 1.1 por ciento del PBI. En términos estrictamente económicos, es la nación con más alto riesgo de América Latina”. Argentina ha tenido pérdidas anuales, producto de las inundaciones, que superan los 2500 millones de dólares. Claro que en su informe, el BM no aclara las verdaderas causas de este tipo de desastres. Tampoco el periodismo de los grandes medios: “La tormenta fue impiadosa con Tucumán” tituló La Gaceta el 12 de enero en tapa y “Golpe traicionero de la naturaleza” mencionaba el cronista de TN en Córdoba. Pero ¿quién traiciona a quién?

En la primera semana de enero los temporales azotaron a San Luis y Córdoba. Miles de personas aisladas, puentes arrancados de cuajo, arroyos desbordados. Vastos sectores tapados por el agua, incomunicados y sin servicios vitales. Algunos ríos aumentaron entre 6 y 8 metros su nivel en pocas horas. Sólo una semana después, los temporales golpearon a Tucumán y Salta. Y siguió Jujuy y Santiago. Los cálculos de pérdidas superan los 600 millones de dólares.

La alteración en el régimen de lluvias es una de las consecuencias del calentamiento global, pero, además, son el resultado de la deforestación galopante que sufre nuestro país. Serán cada vez más frecuentes las inundaciones, sequías y tormentas, aún en lugares donde estos fenómenos no han ocurrido antes. Con las consiguientes pérdidas de vidas y bienes.
No podemos culpar al gobierno K del efecto invernadero, pero absolutamente sí de no frenar los desmontes. Se pierden al año 250 mil hectáreas de bosques nativos, imprescindibles para regular los regímenes de lluvias y, al mismo tiempo, capturar emisiones de gases de efecto invernadero que agravan el efecto del cambio climático global.

Un informe elaborado por la propia Secretaría de Ambiente indicó que los desmontes provocan emisiones de carbono a la atmósfera en un nivel tan alarmante que superan cinco veces las provenientes de los procesos industriales. ¿Entonces qué estamos esperando? ¿Qué excusa le darán a los habitantes de Justo Daract, San Luis, Cuesta Blanca, Cuatro Vientos, San Miguel de los Ríos, Las Albahacas, Alpa Corral, La Carlota, Yacanto, Orán, Colonia Santa Rosa, Río Dulce, Monteagudo, Niogasta, La Bolsa y Palominos?

¿Vieron ustedes a los periodistas evitando hacer cualquier pregunta que les permita a los damnificados conectar causa con efecto? ¿Vieron ustedes a estos cínicos induciendo a las víctimas a que se reconcentren en su dolor? El amarillismo es mucho más funcional al sistema que al morbo. ¿Y si las víctimas, supieran cuáles son las verdaderas causas?

Los bosques son fundamentales en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos. Las selvas y bosques son uno de los patrimonios naturales más importantes, pero también es el más amenazado y depredado. Existe una relación directa e innegable entre los desmontes y el cambio climático. Sin embargo, mientras nuestros hermanos inundados están con el agua al cuello, los diputados se fueron de vacaciones tras postergar la sanción de la ley de bosques, que declara la emergencia forestal y suspende los desmontes. Ya lo hemos denunciado: al regreso de sus largas vacaciones, los diputados oficialistas, bajo las presiones de la patria sojera, ultrajarán el texto original del proyecto hasta hacerlo totalmente inservible o lo postergarán al infinito. El proyecto de ley establece "una moratoria a los desmontes por 5 años o hasta tanto cada provincia desarrolle un ordenamiento territorial en sus bosques nativos, para que el territorio sea utilizado de manera racional, compatibilizando las necesidades sociales, económicas y ambientales." La norma apunta a planificar las actividades forestales, agrícolas y ganaderas evitando la fragmentación y degradación del bosque nativo, y establece como prioritarios cuidar a los bosques que actualmente ocupan y utilizan comunidades indígenas y campesinas.

Argentina ya perdió el 75% de sus bosques nativos. Su tasa anual de deforestación es cinco veces la del promedio mundial. Con este panorama, no parar los desmontes es un verdadero crimen a escala global. Donde los culpables y traidores tienen nombre y apellido…

M.S.
Programa del 18 de enero de 2007

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