sábado, 8 de septiembre de 2007

PAREN DE FUMIGAR

A principios del año 2006, el Grupo de Reflexión Rural inició la recopilación de datos de los pueblos afectados por el uso indiscriminado de agrotóxicos tanto prohibidos como autorizados, todos de alto riesgo tanto para la salud humana como para el medio ambiente. El objetivo de esta campaña, que titularon "Paren de Fumigar", es informar crear conciencia acerca de los riesgos de estos impactos provocados por esas pulverizaciones y fumigaciones, a la vez que difundir los casos de las víctimas que se siguen multiplicando.

El impacto de estos venenos sobre las poblaciones deviene de la desaparición masiva de predios agrícolas tales como montes, tambos o chacras que rodeaban los pueblos y que oficiaban de hecho como zonas de contención y de protección de los químicos que se usan en la agricultura. Ahora la soja llega a las primeras calles del pueblo y los impactos provocados por los fumigadores impactan directamente sobre las viviendas de los barrios periféricos.

En la iniciativa, que abarca todas las zonas rurales, trabajan también el Centro de Protección de la Naturaleza y varias agrupaciones vecinales. La campaña ya ha recibido decenas de denuncias, la mayoría proviene de las provincias de Córdoba (centro) y Santa Fe (centro-oriente), que junto con la de Buenos Aires constituyen el epicentro del cultivo de soja.

Nuestros oyentes recordarán que en febrero de este año informamos respecto de que la justicia francesa condenó a la multinacional Monsanto por "publicidad engañosa". Esta compañía, líder mundial en la producción de herbicidas, mintió cuando dijo que el RoundUp es “respetuoso” con el medio ambiente. Lo cierto es que el glifosato, es una sustancia tóxica que, según la Comisión Europea, tiene graves consecuencias medioambientales.

En nuestro país, el barrio Ituzaingó, anexo a la ciudad de Córdoba y con 5.000 habitantes, fue declarado en emergencia sanitaria en 2002, tras un estudio del Ministerio de Salud provincial que registró elevados porcentajes de leucemia, lupus, púrpura y malformaciones genéticas.

Tras una investigación efectuada por el epidemiólogo Edgardo Schneider, el gobierno de la ciudad "concluyó que hay que evacuar el barrio". Sin embargo, los pobladores y los cultivos siguen allí, mientras las avionetas pasan fumigando sobre sus doscientos enfermos de cáncer y sus niños con la sangre envenenada. Esta situación se repite en toda el área sojera aprovechándose de la ignorancia de los fumigados.

Según el Centro de Investigaciones en Biodiversidad y Ambiente, la Universidad Nacional de Rosario, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y el Hospital Italiano de Rosario hay una "muy significativa incidencia" de casos de cáncer y malformaciones en la zona sojera.
La investigación mostró, por ejemplo, que en los pueblos santafesinos de Alcorta, Bigand, Carreras, Máximo Paz y Santa Teresa hay 10 veces más casos de cáncer de hígado que en el promedio nacional, el doble de cáncer de páncreas y de pulmón y tres veces más cáncer gástrico y de testículos. Esto por mencionar solo algunas de las afecciones asociadas al uso de agroquímicos.

El glifosato no es precisamente lo que se dice “ambientalmente amigable”. El Roundup está entre los pesticidas más denunciados por ocasionar incidentes de envenenamiento en varios países. El Roundup constituye un riesgo para la salud humana ocasionando un espectro de síntomas agudos, incluyendo eczema recurrente, problemas respiratorios, hipertensión arterial y reacciones alérgicas. El Roundup tiene efectos dañinos en el orden reproductivo, por ejemplo, en la calidad y el recuento espermático. El Roundup es mutagénico dañando el ADN de órganos y tejidos. Existen antecedentes de efectos neurotóxicos ocasionados por el uso de herbicidas comerciales en base al glifosato. El RoundUp es tóxico para las células placentarias y la exposición al glifosato duplica el riesgo de aborto espontáneo.

La lista de “bondades” de los herbicidas utilizados con los cultivos RR es interminable. Sin embargo a las autoridades sanitarias parece no importarle. Los estudios toxicológicos sobre el glifosato requeridos oficialmente en EE.UU. para su registro y aprobación han sido asociados con prácticas fraudulentas. Esto tampoco parece importarle a la autoridad sanitaria ¿Por qué será?
M.S.
Programa del 17 de mayo de 2007

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